120 Kilos de jazz

Humor y reflexión, risas y autocríticas, la posibilidad de reírnos de nosotros mismos y de proponer un mundo más incluyente fueron los temas que planteó el actor Daniel Aguirre Camacho, con su obra "120 kilos de jazz", en el Aula Magna de la Universidad Politécnica Salesiana.

La presentación fue parte de los actos de inauguración de la XVIII Semana de la Comunicación de la UPS y contó con la presencia de más de 300 personas, entre ellas autoridades, estudiantes e invitados, con lo que se llenó el auditorio.

El actor representó su discurso de inclusión con base a dos personajes: el gordo Méndez y el flaco (que no tenía nombre).

El protagonista del monólogo fue el gordo Méndez, quien era discriminado por su gordura, pero estaba dispuesto a todo por ver a su amada. Para ello finge ser contrabajista del grupo del jazz de su amigo el flaco; pero, ¡oh sorpresa!, Méndez no sabe tocar ese instrumento. Al estar ya en el escenario, el gordo utiliza como recurso a su voz para imitar a la perfección el sonido de las cuerdas.

Con movimientos de su cuerpo al ritmo del jazz, impresionaba a los asistentes, quienes lo seguían con sus miradas y sonrisas, convencidos de que tocaba el contrabajo.

Al son de la música y el delirio, este personaje compartía su cerveza con los asistentes de las primeras filas.

Para finalizar la obra, el actor dejó expuesto el argumento: el amor no correspondido por una mujer, el amor al jazz, música que ayuda al gordo Méndez a combatir su soledad, y por último el amor por la comida.

El gordo Méndez tomó su hamburguesa y dijo: “si fuera flaco me quisiera mi amada”. Piensa un momento y concluye: “pero ella es boba”. Y se retira silenciosamente del escenario comiendo su deliciosa hamburguesa.

Este fue el primer evento artístico-teatral con el que inició la Semana de la Comunicación de este año, la cual busca romper con  la tradicional clase en el aula  y salir a los espacios propuestos por docentes y estudiantes para pensar, y hacer la comunicación mediante el despliegue de la expresión, en sus diferentes formas.

Los asistentes se levantaron felices, sonrientes y le brindaron fuertes aplausos al actor, que lleno todas las expectativas para la apertura de esta Semana de la Comunicación.  

Verónica Cuenca y Bladimir Tupiza