2012/06/20

Proyecto 24, una madrugada helada, pero llena de lecciones

La madrugada es helada, la neblina comienza a invadir los pasillos de la Universidad Poliécnica Salesiana... El grupo de estudiantes del Proyecto 24 -una iniciativa que propone elaborar cortometrajes en un día- se refugia en busca calor en la sala de video del Centro de Formación Multimedial (CFM). Se vive un ambiente agitado. Son las 03:31 del miércoles 20 de junio.

Todos se encuentran en plena fase de edición, son unos 50 alumnos de diferentes niveles. José Lupero, de sexto semestre, se levanta con pereza de la silla en la cual ha pasado gran parte de la noche; enseguida otro ocupa su lugar para continuar la labor pendiente sin perder el tiempo. Quedan cuatro horas y media para entregar los cortometrajes; no pueden desperdiciar el tiempo.

El laboratorio donde funciona la Sala de Prensa de la Semana de la Comunicación se convierte en un lugar de relax, donde algunos revisan su correo, navegan en internet o despejan la mente antes de volver a trabajar, bajan contenidos y se sirven café. Lástima que no hay azúcar, pero café es café. De las galletas apenas quedan migas. De suerte que la mayoría de los grupos vino bien aprovisionada y ya se dio el lujo de comer "como en casa".

Pero los chicos del staff están agotados, ni qué decir de los cineastas. Y, aún así, el empeño no se agota, todos los integrantes trabajan y aportan al proceso de posproducción; y si descansan, lo hacen por turnos. La carrera contrareloj continúa. Algunos se estresan, encuentran un error en la toma y la solución no aparece. De los errores se aprende y la experiencia les resulta única e irrepetible. Todos piensan, sugieren, ninguno le atina a la primera, hasta que al fin, a alguien se le ocurre la manera de resolver sobre la marcha.

Los estudiantes tienen una meta propuesta y están demostrando que independientemente de los recursos que se posea, la convicción de materializar una idea prevalece. Algunos sonríen más que otros, los más jóvenes están muy entusiasmados: en una noche están aprendiendo el proceso de producción de un audiovisual de una manera muy práctica e innovadora.

El asesoramiento docente de Cristina Naranjo y de estudiantes de niveles superiores es fundamental para quienes aún no manejan programas avanzados de edición de video, por ejemplo. Pero resulta gratificante, que un par de horas después, ya cerca del amanecer, los trabajos van dando forma y enorgullecen a sus creadores.

Andrés Carrión


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